El mensaje de este año, en sintonía con el lema, es una invitación a cada uno de los conductores para antes de iniciar el viaje rezar unos momentos al Señor para poner en sus manos vuestro camino con la seguridad de contar con su ayuda. La oración no es algo mágico. Rezar para tener un buen viaje nos estimula a poner los cinco sentidos para «conducir con responsabilidad y en las debidas condiciones, no por temor a la multa, sino por amor a Dios y respeto a mi prójimo».
Una forma sencilla de orar es hacer la señal de la cruz. Un gesto sencillo, pero de un gran significado de fe. El padrenuestro, la Salve, el Ángelus, o el rosario son otras oraciones que rezamos a lo largo de nuestras vidas en ocasiones y circunstancias muy diversas. Y, ¿por qué no?, también cuando viajamos las podemos rezar.