«Caminando en esperanza». Este es el lema con el que la Iglesia celebra el 2 de febrero la Jornada de la Vida Consagrada, coincidiendo con la fiesta de la Presentación del Señor. «Un día especial para pararse a valorar y agradecer el don de la vida consagrada tal y como el Espíritu la va suscitando en la Iglesia de cada tiempo», como destacan los obispos de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada en su mensaje para este día. Cada mañana trae su propio camino y solo puede aventurarse en él sin extraviarse quien lo afronta bajo el signo de la esperanza en Jesús resucitado. Con estas palabras los obispos de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada sintetizan el lema de ese año, Caminando en esperanza, que también conecta con el Sínodo 2021-2024. «Caminando -explican- es un gerundio que hace referencia a una acción continua y persistente, que no se cansa ni se detiene, que conlleva paciencia y tesón». En esperanza, «indica un modo muy concreto de llevar adelante dicha acción a través de la virtud cristiana más necesaria para quien desea vivir en marcha y volcado hacia el futuro que hemos de construir todos los miembros de la Iglesia unidos».
La Jornada de este año invita a contemplar el talante y el horizonte de los que se consagran a Dios caminando en esperanza para ser cada día apóstoles del reino, levadura en la masa, semilla en la tierra, sal en el guiso y candelero en lo alto.
En nuestra Diócesis, el Sr. Obispo preside el jueves 2 de febrero la Celebración Eucarística en el día de la Vida Consagrada en la iglesia de los PP. Franciscanos (Parque de San Lázaro).
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