El recuerdo de los difuntos, el cuidado de los sepulcros y los sufragios son testimonios de confiada esperanza, arraigada en la certeza de que la muerte no es la última palabra sobre la suerte humana, puesto que el hombre está destinado a una vida sin límites, cuya raíz y realización están en Dios” (Papa Francisco).A principios de noviembre miles de personas en todo el mundo visitan los cementerios para honrar la memoria de sus seres queridos y de todos aquellos que partieron al encuentro con Dios. En este día la Iglesia toda dedica la liturgia a animar a los fieles a orar por el eterno descanso de quienes han muerto, con la esperanza de que todos, en el día que no conoce final, nos podamos reunir en el amor infinito de Dios.

Constituye una obra de caridad indispensable que quienes aún peregrinamos en este mundo oremos y hagamos sacrificios por las almas del Purgatorio, conscientes de que muchos entre quienes nos han precedido necesitan aún purgar sus faltas para poder gozar de Dios de manera definitiva.

En la ciudad el Sr. Obispo presidió la Celebración de la Palabra en el cementerio de As Caldas y San Francisco el día 1 de noviembre y presidirá la Celebración Eucarística en el cementerio de Santa Mariña hoy 2 de noviembre a las 17:00 horas.

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